La palabra es el principio de la vida
Escribimos porque necesitamos llegar más allá de las apariencias, porque necesitamos hurgar debajo de la acera, en el subconciente, al lado del corazón. Escribimos con los sueños, con la utopía, con las noticias del periódico, con las preocupaciones de cada día.
Video PALABRAS CRUZADAS, Asociación de Escritores de Euskadi. Mi intervención está al final. Pinchar aquí. Se explica el sentido de escribir y el por qué de algunos libros publicados.
Es preciso reivindicar un mundo de fantasía donde un pez de arena entra en el túnel de la creatividad y los colores en un mundo deslizante como el tiempo y prometedor en deseos de serenidad y paz. Un mundo lleno de injusticias, de arena seca y desencanto, pero abierto a los deseos de hermandad y compañerismo, buscando una salida al peregrinar hacia el ocaso. Cuentos educativos, Ipuin Esperimentalak y Cuentos para pensar caminan en esa línea. Han sido escritos teniendo muy en cuenta las propuestas educativas actuales y son una llamada de atención para plantear que otra educación es posible.
Salmos del Siglo XXI es una plegaria que trata de llamar al Dios del Nuevo testamento y prescinde de un concepto de un Dios castigador que ayuda a vencer al enemigo. Es un Dios que habla de amor y exige justicia. Es una forma de dar una buena noticia. Muchas veces buscamos en la oscuridad, pero la luz, el fuego está en nuestro corazón. Devoramos cartas astrales y programas de televisión y nos olvidamos de la gran noticia que significa empezar una vida nueva.
El viaje es un grito de dolor y de esperanza ante la enfermedad y la cercanía de la muerte. Los gritos son secos, abruptos, pero tienen su límite y rondan el infinito. La vida es un gran viaje. Al final de este viaje, hay personas que se encuentran la enfermedad y, a pesar de todo, son capaces de abrir los ojos hasta el infinito, como hizo mi hermano Toño, de cuya experiencia de enfermedad arranca la el relato.
En ¿Eres feliz? Los hilos invisibles de la secta nos hemos confundido con el título, o hemos puesto un título confuso. Porque la pregunta ¿Eres feliz? parece anunciar un libro de autoayuda, pero se trata del seguimiento novelado de una experiencia humana en la que se quita de forma programada la libertad a la persona. Y eso duele hasta que uno, al contemplarlo, se ha visto obligado a escribir ese texto.
En Cuentos Educativos, Cuentos para pensar, e Ipuin experimentalak, se refleja el trabajo educativo con niños y niñas del grupo scout de Otxarkoaga, porque los cuentos también educan, y porque esos cuentos han salido de la misma vida de un grupo concreto que se autoeduca. El rey del tiempo es una novela juvenil en la que están presentes los valores humanos y el viaje hacia la utopía de la vida.
En Agua Viva se manifiestan los susurros de un creyente que escribe su vida de fe desde los sucesos del periódico y desde las preguntas más vivas porque esa agua que quita la sed sigue manando.
En Surcos o en Otras palabras -Beste hitz batzuk- hay que afirmar, como dice José Hierro, no sé qué es la poesía. Hierro ha recorrido husmeando, a lo largo de ya muchos años, las habitaciones vacías de este silencioso edificio palpitante de ecos, y no sabe qué es la poesía, pero confiesa que no ha perdido el tiempo escribiendo con un dedo sobre la superficie del agua. Pero aunque no sabe qué es la poesía, sabe para qué sirve: para decir lo que no se puede decir.
Y si Don José Hierro no sabe qué es la poesía, tenemos que callarnos o, por lo menos, decir con voz queda y suave, algunas cosas que no se pueden decir, como por ejemplo, que la poesía ya no se puede escribir sobre un folio. Hay que escribir la poesía sobre la superficie del mar de la vida, con el dedo que cura las llagas, allí donde se escurren las lágrimas que provocan la soledad, el hambre, la guerra, la ignorancia. Es, en la superficie de los rostros, donde se hiergen, desafiantes, los surcos del dolor, de la alegría, de la justicia.
Sabemos que el surco por donde transitan las lágrimas nunca se cierra, pues de aquí surgen las palabras que no sabemos decir, y los sentimientos más profundos que llegan al centro del corazón. Aquí es donde salen de su anonimato y cobran vida propia.
De esa manera, abrazando nuestros rostros ante el espejo, caminamos una vez más, a tientas, abriendo camino, tropezando, despejando la niebla, porque queremos besar las estrellas, porque queremos iluminar el lado oculto de la luna, porque queremos sembrar esperanza allí donde la luz se apaga, allí donde el dolor nos produce una desazón tan grande que sentimos la tentación de escupir a la vida en plena cara. Y no faltan razones para hacerlo.
Pero en la parte oculta del folio sabemos mirar desde la transparencia de la saliva, para encontrar el arco iris, para superar la inmanencia, para ir más allá, o mucho más acá, donde late el corazón, donde el rescoldo de la ternura nos habla de nuevo al oído y nos dice: “yo te quiero. ¿No oyes mis pasos?”
En Espejos en el aire se despereza la alegría, se da cuenta que en las dos caras del mundo, que nunca se ocultan, siempre hay un resquicio, o una puerta grande, abiertos a la esperanza.
En Ciclo de vuelos bajos, las luces y las sombras, el amor y el desamor, los vuelos a ras de tierra de la vida, nos llevan por los caminos de la experiencia vital, siempre cerca de la tierra, pero mirando al cielo.
El Cantar de los cantares, “el canto más bello” o “el mejor cantar”, es un librito bíblico maravilloso de apenas diez páginas, que pertenece a todos los tiempos, y es patrimonio de la humanidad. “Amor de los amores” es una interpretación, o una prolongación, poética del “Cantar de los Cantares” que se inspira, versículo a versículo, en el texto del libro bíblico, lo actualiza y nos sigue recordando que “la salvación del ser humano está en el amor” y que “el amor es más fuerte que la muerte”. ¿Es necesario recuperar el eslabón perdido entre el amor humano, incluido el amor erótico, y el amor divino? ¿Por qué vamos a escindirlo en dos amores?
Así aprendemos para qué sirve la poesía.
Quizá alguien también pregunte para qué sirve un libro de poesía. Tampoco sé responder a esta pregunta. Aunque, bien mirado, quizá sirve, simplemente, para cultivar la amistad, para regarla, para que pueda florecer, o para que nos demos cuenta de que es lo único que tenemos, es lo único lo que nos queda.
Dicen las estadísticas que hay más libros de poesía que personas que leen. Quizá sea cierto, porque algunas personas los leen todos, y con ello demuestran que saben cavar los surcos donde germinan semillas de amor y de justicia, que saben curar los surcos de las lágrimas.
Así, cuando escribimos fuera del folio en blanco nos callamos, para intentar decir, sin orden ni concierto, lo que no se puede decir.